sábado, 27 de junio de 2009

Cuando chica siempre tuve de todo, todo lo que necesitaba, habían problemas pero nunca me di cuenta, además mis papás siempre hicieron todo para que mi vida fuera "perfecta", después cuando fui creciendo me di cuenta de que todos a mi alrededor tenían problemas y motivos para llorar por lo que pensé que si yo los podía hacer reír aunque fuera por un ratito alegraría sus vidas, porque siempre me enseñaron que son los pequeños detalles lo que al final hacen la diferencia, mientras sentía ese "deber" de ayudar a los demás me fui dando cuenta que sí estaba logrando lo que me habia propuesto pero sin darme cuenta empezé a aparecer yo, empezé a pensar en mi, por lo que los problemas no tardaron en surgir de la nada, y fue tan rápido que nisiquiera me dí cuenta en qué momento me pusé tan mal... Despúes esa forma de ayudar a los demás me empezó a ayudar a mí y sin darme cuenta en el único momento en que borraba todo de mi mente era cuando estaba con cierta gente que me hacía reír y sentir bien. Luego al pasar tanto tiempo con ellas ya eramos iguales, no sabía donde estaba yo ni lo que de verdad pensaba y quería para mi porque, aunque me encantaba sentirme tan cercana a ellas, sin querer mi opinión se habia ido y ya no era yo sino que ellas... Cuando decidí empezar a buscarme me dí cuenta que no iba a ser nada fácil, aunque no nos alejamos, yo cada día dentro de mi las sentía más lejos, quizá porque sin querer dentro de mi por ciertas circunstancias y hechos me había alejado inconcientemente conciente de las persoans que durante un período de mi vida fueron fundamentales aunque ellas nisiquiera se dieron cuenta, pero ya no las necesitaba, aunque intenté hacerlas un pilar fundamental de mi vida no lo logré y no es que no haya querido quizá solo no se dió, o quizá soy una persona fría o no sé, pero aprendí muchas cosas, me enseñaron que si no hubiese tristeza tampoco habría felcidad, porque es todo un proceso en el que empiezas a sentir tu corazón, empiezas a pensar y sobre todo razonar, aunque a veces a este último hay que dejarlo de lado, aprendí que nunca se deja de conocer a las personas, aprendí a nunca decir nunca, a poder decir no y que dejar el orgullo de lado a veces es bueno, aprendí a nunca arrepentirme de algo que ya hice porque todo fue por algo y que todo lo que alguna vez valió la pena valdrá la pena siempre... Ahora me considero una persona feliz porque sufrí y todo lo que paso me enseñó a reconocer cuando estoy bien, trato de no hacerme problemas, ser un poco más sensible, rescatar algo de cada momento y disfrutar cada segundo, decir lo que siento muchas veces porque no quiero que llegue un momento en que me de cuenta que nunca dije lo que estaba dentro de mi y ya no lo pueda hacer y al final pensar que después de todo siempre todo pasa por algo (: .-

No hay comentarios: